Se que el amor no existe, pero se que te amo también.
Llueve desde adentro como si un terremoto azotara mi cuerpo. Pareciera que te viese en el tiempo y que tu sonrisa me fundiera en este momento. “Te siento,” te lo digo tan despacio que apenas recuerdo la silueta de tus labios. Tienes tanto en la mirada que es difícil observar hacia otro lado. Tus labios se vuelven eternos al tocarles. Ríes, solo para enamorarle a mi corazón. Que tan bello es el sol que se refleja en esos ojos color cafe que hablan del amor. Te llevas mis suspiros como si solo se tratara de llorar cuando existe lluvia en mi camino. Me detengo un poco, recupero lo que algún día había de haber perdido y vuelvo de nuevo a soñar contigo. Ya por ti suspiro, mas que esto por ti respiro. Te siento no para que ilumines mi vida, si no para que a mi cuerpo le hagas temblar con esos ojos que todos los días me han de enamorar. “Dile que yo estoy muy bien,” me dice el corazón solo al recordar tu presencia en mi vida. Al final de todo, solo por ti he de pensar, llorar, soñar y sentir. Tu la que me ha escrito en el corazón su nombre y sigue enamorando a mis ojos desde siempre.

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